Dicen de mi,
que me amenaza el tiempo,
dicen de mi,
ay que si estoy vivo o muerto,
y yo les digo, les digo y digo,
mientras mi coranzoncillo hierva
yo voy a vencer a mi enemigo.
Si me ves un día la mirada perdida
y la locura en el semblante,
apiádate de mi, no me maldigas,
porque las penas van prendidas
ay, al fleco del aire.
Si me ves un día los ojos vencidos
llorando al alba,
apiádate de mi, no me maldigas;
que la desgracia va unía,
ay al cauce del agua.
Si me ves un día mirando el cielo
supplicando a Dios
apiádate de mi, no me maldigas
que los tormentos respiran,
ay por los rayos.
que me amenaza el tiempo,
dicen de mi,
ay que si estoy vivo o muerto,
y yo les digo, les digo y digo,
mientras mi coranzoncillo hierva
yo voy a vencer a mi enemigo.
Si me ves un día la mirada perdida
y la locura en el semblante,
apiádate de mi, no me maldigas,
porque las penas van prendidas
ay, al fleco del aire.
Si me ves un día los ojos vencidos
llorando al alba,
apiádate de mi, no me maldigas;
que la desgracia va unía,
ay al cauce del agua.
Si me ves un día mirando el cielo
supplicando a Dios
apiádate de mi, no me maldigas
que los tormentos respiran,
ay por los rayos.
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